Ni llega ni se le espera.

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Pasan los años, se llenan la boca de buenas intenciones pero éstas nunca se transforman en realidades. Lo curioso es que con este 2010 no solo se termina un año sino que también entra una legislatura autonómica en sus últimos kilómetros, y éstos no serán utilizados para transformar en algo verificable ese presunto interés que según dicen tiene la Junta en este tren turístico como revulsivo del valle del Sil tan castigado por la crisis minera, que lejos de aminorarse 20 años después de su comienzo, se intensifica gracias a la inoperancia de unos poderes públicos que se han olvidado de ejercer por estas agrestes tierras cisastures.

Pero llegarán las elecciones y dirán que en la próxima legislatura estará en servicio el tren, algunos alcaldes se pelearán por portadas en los periódicos hablando de lo trascendental del tren para el futuro de sus municipios, pero jamás harán nada que signifique la materialización del proyecto, sinceramente porque no creen en él.

Mientras tanto en Lleida seguirán ofreciendo a los turistas disfrutar de un tren clásico para adentrarse en los Pirineos, en Euskadi continuarán los exitosos viajes del tren de vapor del Museo de Azpeitia, y en la red de Feve, esa que tenemos en el otro extremo de nuestra provincia leonesa, se pondrán en servicio trenes turísticos con tracción vapor, con lo cual, el Ponfeblino, el viejo correo si consiguen resucitarlo ya no será el único exponente del vapor en el noroeste, tendrá que competir en el turismo ferroviario en el era líder en los 70 pero también en los 80, y eso que ya no había trenes de viajeros; teníamos las vías jalonadas de alemanes o japoneses cámara en mano, registrando ansiosos en su cámaras cada penacho de vapor de la 19, la 5 ó la 31, pero que también se dejaban sus marcos o sus yenes en los negocios del valle como la Fonda de la estación de Villablino o el Bar Ferroviario de Toreno, en fin, en aquella era pre-internet éramos un destino conocido para los amantes del ferrocarril, y por la acción de maravillosos gestores, les dimos portazo a esos locos extranjeros que venían a tiznarse de carbonilla, pero también a generar actividad económica.

Cada día que pasa sin que este tren preste servicio, es un día perdido para reactivar las cuencas de Laciana y Fabero-Sil, cada día que pasa hay menos opciones de futuro para el turismo en esta tierra, y por tanto menos opciones de futuro y desarrollo; y todo por la inoperancia de la Junta y su necedad a dialogar con la Fundación Ciudad de la Energía, todo por asquerosos cálculos de rentabilidad electoral.

En esta tesitura, hablar ya de entender el Ponfeblino como un elemento de cohesión para los propios vecinos del valle del Sil, como tren de cercanías que permita un nuevo concepto de transporte público en este valle como ya tenemos ejemplo en la Montaña Oriental Leonesa es casi utópico, nuestro desarrollo, nuestra calidad de vida, no está en la agenda de quien nos gobierna; pero engañarnos con autovías millonarias que nunca tendrán el tráfico necesario (dice la UE que una media diaria de al menos 10.000 vehículos) si que lo hacen, para que nos creamos que estamos en el centro del mundo con autovías y obras faraónicas, pero obras sencillas que cohesionen y se integren en el medio no son rentables cada cuatro años.

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